El crecimiento acelerado de la urbanización y el cambio climático demandan un replanteamiento de nuestros métodos de construcción, buscando opciones más sostenibles y energéticamente eficientes. Aquí es donde entra en juego el Certificado Energético de Viviendas, una herramienta esencial para determinar la eficiencia energética de un inmueble y una medida obligatoria en ciertos contextos. Pero, ¿qué es el certificado energético exactamente y cuándo es necesario solicitarlo?
El Certificado Energético es un documento oficial que indica cuán eficiente es una vivienda en términos de consumo de energía. Es emitido por un técnico competente, que evalúa tanto el consumo energético del inmueble como la cantidad de emisiones de CO₂ que produce, y lo etiqueta con una calificación que va de la A (el más eficiente) a la G (el menos eficiente).
La importancia de este certificado reside en su objetivo de promover la construcción sostenible y el ahorro de energía. Al brindar información sobre el rendimiento energético de una vivienda, permite a los propietarios identificar las áreas de mejora y a los posibles compradores o inquilinos tomar decisiones informadas.
Después de que la Comisión Europea adoptara la Directiva 2010/31/UE sobre el rendimiento energético de los edificios, es legalmente obligatorio obtener el Certificado de Eficiencia Energética (CEE) cuando se construye, vende o alquila una propiedad. Esta norma se aplicó a partir de 2013 en todos los países miembros de la Unión Europea.
La forma exacta en que se implementa esta directiva varía entre los países miembros. Sin embargo, cada edificio nuevo debe cumplir con ciertos estándares, que pueden incluir restricciones en el uso de combustibles fósiles, requerimientos de energía renovable y criterios de aislamiento.
¿Cuándo es obligatorio tener este certificado?
El Real Decreto 235/2013 estableció que es un requerimiento legal obtener un Certificado Energético para cualquier edificio o parte de un edificio, siempre que sea objeto de una operación de venta o alquiler. Esto significa que si planeas vender tu propiedad o alquilarla a largo plazo, necesitarás obtener este certificado previamente.
También es obligatorio mostrar este certificado en cualquier tipo de publicidad para la venta o alquiler del inmueble, de manera que los interesados sean conscientes de su calificación energética. Además, su validez es de 10 años, por lo que no es necesario obtener uno nuevo para cada operación de venta o alquiler, siempre y cuando estas ocurran dentro del periodo de validez.
De este modo, el Certificado Energético juega un papel crucial en el impulso hacia un futuro más verde y sostenible. Además de ser un requisito legal, ofrece ventajas significativas, siendo un valioso instrumento de evaluación que ofrece a los propietarios una visión detallada de la eficiencia energética de su propiedad, y a los posibles compradores o inquilinos les proporciona la información necesaria para tomar una decisión informada. Por ejemplo, contar con calefacción por suelo radiante o un aire acondicionado eficiente, mejorarán la eficiencia energética de tu hogar y su valor será mayor en comparación con otras viviendas.
Sin embargo, obtener un Certificado Energético requiere más que llenar un formulario en línea. El proceso implica una evaluación minuciosa de la propiedad por un profesional certificado, que trabajará para identificar las áreas de mejora potencial.
El Certificado Energético no es solo una cuestión de cumplimiento de la ley, sino también una práctica ideal que favorece la eficiencia energética y promueve un futuro sostenible. La renovación de nuestras prácticas constructivas y residenciales es una parte crucial de las estrategias para combatir el cambio climático y el decrecimiento desproporcionado de las áreas urbanas. Como propietarios, inquilinos o compradores, todos tenemos un papel en este proceso, y el certificado energético es un paso en la dirección correcta.
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